Nota
El Resetting Normal 2021, un estudio realizado por el Grupo Adecco a nivel global con la finalidad de redefinir la nueva era del trabajo, trae a colación los retos a los que se enfrentan las empresas respecto a las nuevas tendencias de trabajo como la modalidad remota o la híbrida, así como las expectativas de la fuerza laboral con respecto a ellas.
En este estudio, que se centra en las perspectivas a partir de 2021, participaron 14.800 encuestados de 25 países, entre ellos, empleados de oficinas de Argentina, Bélgica, Brasil, Canadá, China, Dinamarca, México, Noruega, Países Bajos y Suiza. ¿Y qué se obtuvo de éste? Datos interesantes que dan vuelta a ese concepto, en un inicio, tan “cómodo y perfecto”.
A partir de la crisis sanitaria se demostró que el trabajo a distancia no es sinónimo de una pérdida automática de productividad, y que es la manera de trabajar más flexible e inclusiva hasta hoy. No hay duda de que hay trabajadores que buscan conservar la flexibilidad sobre el lugar de trabajo y el horario.
Por ello, de manera general, el personal desea mantener modelos de trabajo híbrido en el cual más de la mitad del tiempo trabajaría de forma remota (53%) y el otro porcentaje (47%) en la oficina.
Sin embargo, hay ciertas tendencias interesantes respecto a esto:
El primer dato no causa demasiada sorpresa, pues si bien los padres agradecen el poder compartir más tiempo con sus familias, durante la pandemia también fuimos testigos de que muchas veces en casa éstos experimentaban distracciones en momentos importantes, por lo que es comprensible que quieran delimitar y respetar espacios y tiempos de trabajo y convivencia.
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No obstante, el segundo sí puede causar cierto asombro. Pese a lo que podría pensarse, las generaciones más jóvenes desean pasar más tiempo en la oficina. El personal de la generación Z, por ejemplo, quiere pasar el 56% de su tiempo de trabajo en la oficina. Por lo general, entre más joven es el encuestado, es más probable que tienda a querer pasar tiempo en la oficina.
Es decir, los datos sugieren que los jóvenes requieren la estructura de introducción y contar con compañeros más experimentados a su alrededor que puedan ayudarles en persona, mientras que los trabajadores con más experiencia ya poseen los conocimientos y la práctica suficientes para trabajar con mayor autogestión.
Esto nos recuerda la importancia que guarda la presencialidad aún dentro de las empresas, pues las relaciones que se forjan en los espacios físicos de convivencia son fundamentales para el desarrollo armónico del trabajo, incluso, del que se hace de manera remota.
Si de algo nos dimos cuenta, es que la flexibilidad y las opciones de trabajo a distancia ya no son simplemente un valor añadido “atractivo”, sino una opción casi imprescindible que los trabajadores esperan como parte de las políticas de una empresa para conservar a los mejores profesionales.
Trabajadores y líderes están de acuerdo con las ventajas del trabajo híbrido en la nueva normalidad, y 8 de cada 10 asegura que tanto empleados como empresas se beneficiarán de tener una mayor flexibilidad y equilibrio en cuanto al tiempo dedicado a la presencialidad y trabajo en la oficina como a distancia.
De igual manera, la mayoría cree que los modelos de trabajo híbrido ofrecen oportunidades que ayudan a crear una fuerza laboral más diversa e inclusiva, que traerá beneficios a las personas con discapacidad (75%), a los trabajadores con hijos a su cargo (73%) y a las personas con diferentes circunstancias (69%).
Aquí la proporción (por país) de colaboradores o empleados que quieren trabajar a distancia después de la pandemia:
Excepto en China, todos quieren que el 40% de su jornada laboral, como mínimo, sea a distancia.
Es importante que a pesar de la popularidad y aceptación de las que goza el trabajo a distancia, no se descuide la presencialidad y las relaciones que crea y fortalece, indispensables para compartir conocimientos y experiencias.
Por ello, rentar o contar un lugar físico seguirá siendo importante en la nueva normalidad. Las empresas están obligadas a aportar un entorno de trabajo cómodo, equipado, agradable y seguro, en el que las relaciones, la comunicación, el ánimo y el sentido de equipo y de cultura corporativa puedan crecer.
A pesar de la actitud positiva en general hacia el trabajo híbrido, hay una preocupación generalizada por que las empresas exigen más tiempo en la oficina, sobre todo entre los que no tienen cargos tan altos.
Para los trabajadores, lo ideal es pasar el 47% del tiempo trabajando de manera presencial, pero les inquieta que las empresas esperen que trabajen así al menos el 61%. Esta preocupación se observa de forma más significativa entre los no supervisores, que desearían trabajar a distancia el 59% de la semana, pero esperan que las empresas sólo se los permitan el 41% del tiempo.
En resumen, las organizaciones se enfrentan al desafío de aprovechar este impulso y crear estructuras y recursos que garanticen que esta nueva modalidad esté lista para el futuro, con independencia de la ubicación de los empleados, y con la consigna de crear un equilibrio que a pesar de sus retos se adapte lo mejor posible a sus necesidades y las del personal.
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